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Joaquín García
by on October 31, 2020
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Comencemos con la pregunta ¿cómo es un niño independiente? Los psicólogos aseguran que un niño que se siente bien estando solo se siente cómodo realizando tareas de acuerdo a su edad, y sabe en qué momento buscar ayuda de los demás. No confunde cosas como estas: no se sube él mismo a un armario de dos metros, porque sabe que es más razonable pedirle a sus padres que le alcancen lo que busca, pero tampoco le pide a su padre que le ate los cordones de las zapatillas, porque esa área ya está dominada. Una persona independiente tiene confianza en sí misma, puede hacer frente a la decepción y toma decisiones informadas. Los adultos pueden ayudar a su hijo a convertirse en patrones de su propia felicidad y estos consejos seguramente ayudarán.

1. Establecer expectativas razonables

"Yo a tu edad caminaba 50 kilómetros para ir al colegio, cocinaba, lavaba platos, cortaba leña y trabajaba por las noches". A veces exigimos demasiado. Nos sorprende que los niños no puedan atarse los zapatos, aunque vemos que todos los zapatos son de velcro. Sufrimos para que hagan un simple sandwich, pero llevamos un par de años pidiendo comidas a domicilio, etc. Antes de exigir nada a los niños, tenemos que entender dos cosas:
  • ¿Han tenido la oportunidad de aprenderlo? ¿Hemos creado las condiciones adecuadas y explicado por qué es importante aprender?
  • ¿Es la tarea adecuada para las habilidades del niño? Un niño de tres años es físicamente incapaz de ordenar una habitación entera llena de juguetes, un niño emocional de cinco años tiene dificultades para dormirse por sí solo y un niño de diez años no está planeando su plan de estudios para los próximos años. Y esto es totalmente aceptable.

2. Describe el alcance de las actividades

Cuanto más cerca esté nuestro mundo del poder de la inteligencia artificial y de la automatización total, menos valiosas son las habilidades domésticas aparentemente ordinarias. Lavar un plato, coser un botón, limpiar el suelo con una fregona en lugar de con una Roomba... Sin embargo, estas son precisamente las tareas que ayudarán al niño a ver su importancia, su contribución al trabajo familiar.

3. Dejar de controlar es dar libertad de elección

Los padres son personas nerviosas y cansadas. Habitualmente, esta ansiedad nos hace comprobar constantemente si la tarea de inglés está hecha, si los problemas matemáticos son los adecuados o si nuestros hijos han preparado la ropa para el día siguiente. Pero el control total es algo malo. Por ejemplo, las teorías modernas de motivación han llegado al punto en que el deseo de actuar se basa en tres puntos:
  • Autonomía: la sensación de que has aprendido tus propias lecciones.
  • Competencia: la sensación de que soy un maestro de la limpieza.
  • Confianza: la sensación de que hay confianza entre padre e hijo.
Al final, lo que importa es cómo nos sentimos: ¿tenemos la sensación de "puedo, soy fuerte"?, ¿somos libres de actuar sin vernos obligados?, ¿hay personas a las que podemos mostrar resultados?.

4. Dar tiempo para hacer el tonto

Hay una teoría que dice que el desarrollo completo de los niños requiere altas cargas y un plan para las próximas semanas. Los psicólogos afirman que las cualidades internas más importantes, como la independencia y la resistencia ante el fracaso, se forman en el juego habitual del día a día. En otras palabras, persiguiendo a sus amigos por el campo de fútbol, una persona no se degenera, sino todo lo contrario, aprende a trabajar en equipo, a resolver problemas y a fortalecer la mente. Peter Grey, profesor de psicología en la Universidad de Boston, en su libro "Freedom to learn", observa una curiosa correlación: cuanto menos tiempo tienen los niños para jugar libremente, mayor es el nivel de depresión infantil y de trastornos de ansiedad en la sociedad. Es en el juego en donde los niños súper ocupados sienten que pueden controlar el curso de los acontecimientos: tomar decisiones y asumir riesgos.

5. Cometer errores y proporcionar apoyo

Es natural que un padre esté tenso. Sin embargo, demostrando constantemente su ansiedad, nos arriesgamos a exagerar y a insinuar a los más jóvenes que no confiamos plenamente en ellos. ¡Más confianza! No sólo podemos confiar más en el niño, sino también animarle a trabajar más duro. Sin embargo, es posible que él mismo decida organizar el armario si le damos el derecho a equivocarse.

6. Enseñar a resolver los problemas

En tiempos de crisis, los adultos mismos no son muy capaces de mantener la mente despejada. En lugar de reunir información, calcular sus opciones y elaborar un plan de acción, se convierten en un mar de dudas y pánico. Este no es un modelo que deba ser transmitido a los niños. En general, hay incluso una técnica especial para los profesores sobre cómo enseñar a los niños a abordar los problemas de manera competente. Los padres también pueden usarla y empezar poco a poco. Otro método es apuntar a tu hijo a clases de inglés online para niños. Por ejemplo, para ayudar a tu hijo a definir sus objetivos, analiza los obstáculos que le impiden alcanzar sus metas. Todo esto se puede hacer en una conversación desentendida, por ejemplo, en el camino de vuelta del colegio.
Topics: kids, children, education
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